Hay activos que por su naturaleza, por su destinación u objetivo,
hace que sean difíciles de convertirlos en dinero en el corto plazo, de
suerte que no se puede esperar liquidez de estos activos.
Entre los activos no corrientes están los activos fijos como
maquinaria y equipo, vehículos, construcciones y edificaciones,
terrenos, etc. Igualmente dentro de los activos no corrientes tenemos
los activos intangibles, las inversiones a largo plazo, y cualquier otro activo que la empresa no pueda o no quiera enajenar en el corto plazo.
El activo no corriente es un elemento importante de la estructura
financiera de la empresa, por cuanto este tipo de activos no sirven para
respaldar la liquidez o necesidad de dinero en efectivo de la empresa
en el corto plazo.
En ese sentido, una empresa que tenga mayoritariamente activos no
corrientes, tendrá dificultades para respaldar obligaciones en el corto
plazo, puesto que se hace difícil garantizar al acreedor que se contará
con el dinero suficiente para cubrir dicha obligación.
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